Conversamos con Nataly Tankara, joven aymara egresada de derecho que participa activamente dentro del movimiento indígena en la provincia de Marga Marga. Se organiza junto a otrxs jóvenes y comunidades en reivindicar a los pueblos que habitan en la zona.

CC: El proceso constituyente tiene muchas carencias en sus formas y en lo que respecta a los escaños reservados indígenas se manifiesta una vez más el racismo de Estado. Para ti kullaka ¿cuáles serían esas maneras que visibilizan ese racismo estatal dentro de este proceso?
NT: Desde sus orígenes. Hay que recordar que el 15 de noviembre de 2019, ante la grave crisis institucional que vivía el país, los partidos políticos suscriben el “Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución”, donde se establecen las bases para un proceso constituyente en $hile. Sin embargo, éste “Acuerdo” no contempló la participación de los Pueblos Originarios y tribal afrodescendiente, por lo cual, la ciudadanía fue a votar en el Plebiscito del 25 de octubre sin que estuviesen incluidos los Pueblos Originarios para su eventual redacción.
El 15 de diciembre del 2020, es decir, luego de haber transcurrido más de un año y, tras una larga y compleja discusión, la Cámara del Senado aprobó el informe de la Comisión Mixta que establece 17 ESCAÑOS para pueblos indígenas dentro de los 155 convencionales que serán electos para redactar la nueva Constitución. Sin embargo, esta tardanza en la aprobación de los Escaños Reservados estuvo marcada por una fuerte dilatación en la discusión misma, donde el debate parlamentario estuvo acompañado por un fuerte sesgo discriminador y racista, imponiendo categorías cerradas sobre qué es ser indígena y quiénes son indígenas, como si las personas pertenecientes a un Pueblo originario estuviésemos ancladas a un tiempo y espacio determinado, y más aún, a un manual o enciclopedia antropológica. Más allá de que los honorables parlamentarios alimenten estos estereotipos, lo que quedó en evidencia es la profunda relación asimétrica de dominación que sostiene el Estado de Chile para con los Pueblos originarios que habitan este territorio.
Un 12,8% de la población que habita en Chile se autoidentifica como perteneciente a alguno de los pueblos originarios existentes en el país según el último censo de 2017. No obstante, a pesar de contar con cifras y datos duros, el Congreso decidió aprobar una menor cantidad de escaños reservados para los Pueblos, dejando fuera inclusive de estos asientos al pueblo Selk’nam (reconocimiento constitucional en tramitación) y al pueblo tribal afrodescendiente.
Luego de tan mezquino y amargo debate, el Parlamento decide el mecanismo de participación que los Pueblos originarios tendrían en esta Constitución, imponiendo la creación de un Padrón especial Indígena, administrado por el Servel, pero según la base de datos que proporcione la Corporación Nacional Indígena (CONADI). Ésta idea ha sido sumamente criticada por académicos mapuche, pues la CONADI tiene fines distintos a los electorales y porque además la Ley Indígena (Ley 19.253) no faculta a la CONADI para que establezca un padrón. Aún más, el escaso tiempo para confeccionar un padrón especial se tornaba prácticamente imposible en atención al contexto de pandemia que vivimos y porque no todas las personas que se reconocen pertenecer a un Pueblo, están inscritas en la CONADI, ya sea por decisión política personal, porque la CONADI ha rechazado su “registro” o por la ausencia de los mismos como por ejemplo el Pueblo Chango (reconocido recientemente el año pasado). Todo esto contraviene la regulación internacional en materia de derechos indígenas y los propios tratados y declaraciones internacionales que Chile ha suscrito, como el Convenio 169 OIT y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
La constitución de este padrón especial indígena, además de ser ilegal, ha presentado profundos errores sistemáticos en la base de datos de la CONADI, pues son muchos los casos de personas que figuran en este padrón electoral como pertenecientes a un pueblo distinto al de su origen. Personalmente soy una joven aymara que cuenta, desde muy niña, con su mal llamado “certificado de calidad indígena” y grande fue la sorpresa al percatarme que figuro perteneciente al pueblo mapuche. Éste “error”, además de mermar el legítimo derecho a la participación ciudadana, vulnera el derecho fundamental a la identidad cultural.
CC: La franja televisiva ha sido una burla para los pueblos porque en menos de 4 minutos se comparten 90 candidaturas donde algunxs vídeos de campaña tienen la duración de solo algunos segundos siendo notoria la diferencia con las otras candidaturas ¿Cómo lo han hecho las comunidades que tú conoces para informarse sobre los escaños reservados indígenas? ¿Cuál ha sido la otra alternativa para que la información llegue a personas de todas las edades?
NT: Ha sido súper complejo porque la información es muy confusa. Si ya para la ciudadanía en general ha costado desmenuzar todo este entramado constituyente, para los Pueblos Originarios siempre implicará una doble dificultad. Y esto obedece a la relación que ha sostenido el Estado de $hile para con los Pueblos originarios. Es súper insultante que la franja televisiva disponga de solo 3 minutos para promocionar a 90 candidaturas indígenas que se postulan para Escaños Reservados (y ojo, que no están todas las candidaturas indígenas, pues por tema de distancia geográfica y recursos, no pudieron estar presente en esa franja). Pero también sabemos que no todas las personas de Pueblos manejan toda esta información, pues están constantemente alertas y pendientes de los conflictos que se suscitan en los territorios indígenas. Muchxs candidatxs que van por Escaños Reservados son dirigentes y activistas indígenas en sus respectivos territorios, y este mero hecho ya dificulta tener que estar pendiente de un proceso republicano y burocrático como son las elecciones.
Para poder apalear esta simetría, como jóvenes intentamos informarnos lo que más podamos y compartir esta información con nuestrxs mayores. En mi comunidad de Jóvenes Indígenas Valparaíso, por ejemplo, realizamos un video informativo sobre cómo votar por Escaños Reservados en las elecciones. Es una forma amorosa que tenemos de transmitir una información concreta.
Toda esta seguidilla de vulneraciones solo refleja una profunda falta de respeto y seriedad para con los pueblos originarios, la total incapacidad de dialogar en un plano de horizontalidad y de reconocer la deuda histórica que se tiene con los Pueblos originarios preexistentes al Estado de Chile. La constitución de este padrón electoral y la poca visibilización de esta vulneración solo es una muestra más del trato colonialista y paternalista que tiene el Estado, sus poderes, sus instituciones y de cómo nos entendemos como sociedad y como individuos. Una sencilla pregunta sería, ¿sabías todo esto?
CC: Aunque compartamos muchas críticas sobre este proceso constituyente. Desde tu sentir Aymara ¿por qué decides participar y votar en estas elecciones? ¿Cuál es la relevancia política de este momento histórico en un contexto de pandemia?
NT: Cabe recordar que de toda la historia constitucional que tiene la nación $hile, en ningún caso han participado los Pueblos originarios como sujetos políticos y por ende, tampoco han sido reconocidos en alguna Constitución. Este panorama, sin embargo, debería cambiar puesto que a pesar de todos los atropellos a nuestra memoria e identidad, existe un 12,8% de la población que se identifica como indígena y eso es súper importante, donde perfectamente esta “cifra oficial” se verá superada, porque lo que ha generado este nefasto proceso constituyente es que más personas se están empezando a cuestionar esta “identidad chilena impuesta” y están empezando a AUTOIDENTIFICARSE como parte de un Pueblo originario o tribal afrochileno, independiente si nacieron o no en “territorio ancestral”, independiente o no si mantienen rasgos o apellidos “evidentemente indígenas”, independiente si sabes hablar la lengua o no. La identidad es mucho más profunda que un simple papel que “acredita” tu calidad indígena. Es más, este proceso ha permitido afirmar mi identidad y reforzar mis principios y cosmovisión acorde a la historia de mi Pueblo Aymara.
Los tiempos están cambiando y junto a ello los Pueblos originarios también vamos avanzando, no en el sentido lineal ni occidental del tiempo, sino en la reafirmación de nuestras identidades y por ende de nuestra voz peligrosamente silenciada. Surgen nuevas generaciones que ven en la lucha y resistencia de sus mayores y que gracias a la memoria viva hemos podido fortalecernos colectivamente incluso en la urbanidad, incluso para poder escribir estas líneas.
Nuestra lucha no se detiene en este proceso constiuyente, pero tenemos que estar bien atentxs, pues este proceso solo será el inicio para que empecemos a posicionar nuestra legítima VOZ en espacios de discusión y de toma de decisiones que han sido negados a los Pueblos y cuyas consecuencias jurídicas han sido generales y perjudiciales.
Que este proceso sea el inicio para que todos los Pueblos actuemos en conjunto como una gran alianza para poder defender nuestros territorios, nuestra cosmovisión, nuestra historia, nuestra existencia. Y saber que nuestro camino es la Autodeterminación.
¡Waranka waranka kutasiñañi!
CC: ¡Jallalla kullaka! Pay sumakipan por darte el tiempo de compartir con nosotrxs.