Hace unos días, el primer activista afgano-estadounidense en salir del closet publicamente habló con THE NEW INDIAN EXPRESS sobre el miedo e incertidumbre que viven las personas lgbtiq+ en el país, desde que los talibanes volvieron a tomar el poder. El pasado 30 de agosto luego de casi 20 años de presencia militar, el último soldado norteamericano dejó Afghanistan. Hoy, el mundo observa las violaciones de los derechos humanos a periodistas, activistas, mujeres y personas lgbtiq+ principalmente, pero las amenazas están dirigidas a cualquiera que reniege las leyes islámicas del Sharia.
Sadat es periodista, activista por los derechos humanos y ex profesor de Ciencias Políticas de la American University of Afghanistan. Debutó con la novela «The Carpet Weaver» –no traducida aún al español– en el año 2019, obra ambientada en el Afghanistán de los 70 y 80 que relata la historia de Kanishka Nurzada, un joven que se enamora de su mejor amigo de infancia. Toda esta trama, en medio de la transición afgana de la Era de Oro a la Guerra Civíl.
«Un día quiero vivir en mi país y no temer ser apedreado a muerte por amar a otro hombre», contó Nemat Sadat al medio indio explicando que la comunidad lgbtiq+ está sentenciada a muerte, razón por la cual intenta evacuar a más de 350 personas de Afghanistan. Según TNIE, en la última semana de agosto 175 personas de la comunidad lgbtiq+ han intentado dejar forzadamente el país, sin éxito.
Si bien Sadat siempre se ha sentido marginado en Afghanistan, incluso antes que los talibanes se tomaran nuevamente el poder, dice que la situación actual es devastadora: «He hecho campaña por los derechos queer en Afghanistan durante más de una década y créanme, las cosas si eran mejor antes que volvieran los talibanes al poder […] todo este esfuerzo será inutil ya que la interpretación de la Sharia justifica el asesinato de hombres homosexuales».
Extrañamente los talibanes mostraron un discurso consolidador luego que en la primera rueda de prensa apuntaran a mantener las relaciones pacíficas con otros países y conservar los derechos de educacion y trabajo para las mujeres. Esto, siempre cuando se diera dentro de la ley islámica Sharia. Al respecto, la BBC publicó que, entre otras cosas, se están llevando a cabo sensos de puerta a puerta de mujeres entre 12 y 40 años para, por una parte ser forzadas al matrimonio, y además recordarles que serán vigilidas.
“Todo el mundo está aterrorizado, pero muchos tienen motivos particulares para tener miedo. Las mujeres tienen miedo de ser encerradas en sus casas, donde un taliban estará preparado para golpearlas, violarlas o matarlas; Los intérpretes están preocupados por los asesinatos en represalia por ayudar a Occidente; Las personas lgbt saben que podrían ser asesinadas por su sexualidad”, se lee en el medio I NEWS en una entrevista a un joven afgano homosexual que se esconde en su apartamento en Kabul. En la misma entrevista, “Gabir” de 26 años describe lo que le hicieron a su novio de 24, “se lo llevaron, nadie sabe dónde, y luego lo mataron. Trajeron el cuerpo de regreso y lo cortaron en pedazos para mostrarle a la gente que esto es lo que hacen con los homosexuales”.
Pero el miedo entre lxs afghanxs es inconmesurable; y es que las ejecuciones publicas, lapidaciones y otras formas de tortura han vuelto para aterrorizar principlamente, a mujeres y personas lgbtiq+. “Las mujeres están siendo nuevamente borradas del espacio público, por favor no reconozcan a los talibanes”, dijo la periodista afgana Lailuma Sadid en un comunicado para la BBC.
Los talibanes son…
Un grupo islámico conocido por asesinar y torturar horrorosamente aquellxs que no cumplan con su estricta interpretación de la ley Sharia. Entre 1996 y 2001 fueron responsables de una serie de brutales amputaciones, lapidaciones y ejecuciones públicas, a menudo realizadas ante miles de personas. Todo esto, porque la “tradición” del corán exige castigo duro para sus infractores. Las torturas más utilizadas son las quemaduras en la hoguera, empujones por el borde de un acantilado o aplastamientos, siendo este último castigo el más frecuente para la comunidad LGBTIQ+, en el que se deja caer una pared sobre la víctima.
Según informes de organismos internacionales, esta brutalidad fue introducida en 1994 por Mullah Omar, líder supremo de los talibanes. Cuando posteriormente Mullah tomó el control de la ciudad, decretó que tanto la sodomía violenta como la de mutuo consentimiento serían delitos capitales punibles con la muerte.
@nematsadat
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