Marcelo Rivera Fuenzalida y la intervención como forma de visibilizar las crisis sociales

El artista habló sobre su trayectoria ligada a la cerámica y a la intervención, además de cómo se articuló el gremio de artistas para sobrellevar la pandemia y en su apoyo a la campaña de Gabriel Boric.

Marcelo Rivera Fuenzalida

Marcelo Rivera Fuenzalida es un artista visual. Su interés por el arte nació en el colegio, cuando su profesora de arte lo incentivó a destacar en su materia. En su paso por la Universidad de Chile logró licenciarse en arte y aprender del Premio Nacional de Bellas Artes Gonzalo Diaz sobre intervención e instalación. Aprendió de figura humana con Jaime León y teoría del arte con Silvia Rios, por lo que comenzó a trabajar desde la crítica e historia del arte, además de la creación de artefactos, la gestión cultural y la enseñanza de arte. Sin embargo, su primera exposición se alejó de la pintura y se enfocó específicamente a la creación de esculturas de cabezas en cerámica gres. Parte importantísima de esta rama, se la debe a los talleres que realizó junto a la escultora y ceramista chilena Lise Moller. Las primeras cabezas que realizó no quiso exponerlas en espacios cerrados, sino que decidió instalarlas en distintas calles de Santiago, así como en estaciones de metro y plazas que tuvieran una carga conceptual importante para él.

Un día decidió desarrollar un trabajo que no implicase un material tan exclusivo como la cerámica gres, pero manteniendo la idea de las cabezas, por lo que llegó al trabajo con materiales reciclados. Comenzó una investigación para encontrar el material indicado y tomó como referencia su trabajo titulado “Basura de artista”, donde recolectó los restos de materiales de los talleres de grabado de Santiago con los que realizó collages en conjunto con niñas y niños. Fue así como comenzó a trabajar el concepto de basura social y el que más le acomodó fue el cartón de los medicamentos. Todo esto en el contexto de la colusión de las farmacias y haciendo una crítica política hacia la salud y como se maneja la industria farmacéutica. Después de presentarse en diversos hospitales explicando su proyecto tuvo la oportunidad de trabajar con cajas que tuvieran una historia de fondo, que representen una potencia sobre el paciente o del espacio donde se entregaron.

“Las cajas de medicamentos tienen un camino bastante ligado hacia las enfermedades de responsabilidad del Estado. Entonces yo trabajé con las enfermedades AUGE o las enfermedades que tiene el Estado que responder hacia los ciudadanos. Hice varias cabezas que tenían que ver con depresión, esquizofrenia, artrosis y problemas hormonales. Pero yo necesitaba desarrollar una que tuviera que ver con la entrega de medicamentos para el VIH y enfermedades de transmisión sexual, principalmente. Lo que era muy difícil porque para hacer una cabeza yo necesitaba más de mil cajas”, explicó Marcelo. Comenzó a tener nexos con fundaciones que trabajan con este tema, lo que le permitio obtener cajas donadas por pacientes para la creacion de una cabeza de casi un metro de altura con la que intervino espacios cerrados de sexo casual como los “puticibers” y cines porno, donde hizo una serie de fotografías. 

Esa misma escultura fue solicitada por el Museo de Arte Contemporáneo para formar parte de la muestra llamada Colección/Contingencia. “El director del museo me la pidió directamente porque la muestra era de artistas desde el 1930 hasta el 2019 que habían trabajado respondiendo a alguna crisis o crítica o elementos sociales que les tocó vivir o que fue parte de la época social chilena. Desde la dictadura, los movimientos del 40, 50 o 60, los movimientos estudiantiles hasta el estallido social, estaban representados ahí y se dieron cuenta que el museo no tenía nada que involucre salud y menos VIH-SIDA. Ni con esta cosa importante de que tantos artistas murieron internacionalmente, como varios chilenos, de SIDA en los 80 y 90”, indicó. A finales del año pasado, esa escultura pasó a ser parte permanente del museo.

Sin embargo, lo que siempre le ha interesado a Rivera Fuenzalida, es que los elementos que fabrique no sean inherentes a una pared o un rincón, sino que sean potencialmente abiertos a intervenciones suyas o de otras personas. Después comenzó a trabajar con el tema de las cuerdas de color rojo, las que tejía en todos lados y que algunas llegaron a medir 50 metros. Lo que le llamó la atención de este elemento fueron las diversas historias detrás del amarrarse a uno mismo o en amarrar a otro, pasando de lo funcional a lo poético. Está toda la potencia que tiene el capturar a alguien, de retener a otra persona de forma violenta en el amarre forzado de detener y que lo liga directamente a la dictadura de Pinochet. También se encuentra la visión andina del amarre con sus diferentes nudos. Así como lo que tiene que ver con la atracción sexual y el mundo del placer frente a la amarra. 

“Entonces, viene el estallido social y la funcionalidad de estas amarras dieron un giro y empecé a utilizarlas para amarrar espacios públicos”, afirmó. La primera intervención que hizo fue amarrar las columnas del Palacio de Justicia de Santiago, apelando a una ansia de justicia que aún tenemos como sociedad. “Fue muy rápido porque son intervenciones que generalmente son un poco riesgosas”, añadió sobre estas intervenciones. Luego comenzó a amarrarse a monumentos de Santiago que tuvieran un motivo importante o algo que decir. Por ejemplo el metro Baquedano cuando se comenzó a hablar de las torturas ocurridas dentro, lugar que también se recuerda como el gatillante del estallido social. Luego lanzó una cuerda desde el puente Pío Nono a causa del caso del carabinero que empujó a un adolescente de 16 años hacia el río Mapocho el 2 de octubre de 2020.

Para Marcelo, el arte siempre va a estar ligado a la política. Da como ejemplo los movimientos artísticos contemporáneos, donde los grandes resultados se obtuvieron como respuestas a sucesos de la contingencia social. “No se entiende el surrealismo, ni un dadá, si no fuera por las guerras. No se entiende el futurismo sin esta respuesta a la mecanicidad dentro del acontecer humano. El Fluxus… y en Chile el grupo CADA, no se entendería tampoco a las Yeguas del Apocalipsis sin este elemento político”, indicó. En ese contexto, la idea de “Parches” nació a causa de un grupo que se articuló precisamente a partir del estallido social, el cual estaba integrado por movimientos sociales y políticos. Ahí se unió al sector de cultura y dentro de ese a uno de “acción rápida”. La idea era hacer algo inmediato y que le diera visibilidad a lo que estaba sucediendo. Decidieron desarrollar una propuesta derivada del horror que causó la pérdida masiva de ojos por trauma ocular, por lo que empezaron a coser estos parches rojos, los cuales fueron repartidos en una marcha de artistas. Uno de los tantos parches que se distribuyeron logró mayor relevancia gracias a un registro fotográfico que realizó Kena Lorenzini a Mónica Echeverría, “una de las feministas y mujeres increíbles que tuvo Chile”, afirmó el artista. La familia de la escritora decidió hacer un acto político y performativo en su funeral. Ella estaba vestida de rojo, con un cartel que decía “mujeres por la vida” y usando uno de los parches. Aquella fotografía estuvo proyectada en una bienal del Museo Nacional de Bellas Artes junto a una carta de su hija.

Si bien la pandemia afectó a todo el mundo, desde el arte se pudo ver una profundización en la precarización con la que trabajan muchas, muches y muchos artistas. Marcelo afirmó que como gremio están muy indefensos a políticas de apoyo. Por lo que vió en la organización una vía para sobrellevar esta situación. Es parte de la organización de arpilleristas Memorarte, donde es el único no-mujer y también es socio de la APECH (Asociación de Pintores y Escultores de Chile), organización que protege y trabaja con artistas por más de 80 años en nuestro país. Además es parte del directorio del sindicato de la Asociación de Artistas Contemporáneos (ACA). Todas estas agrupaciones responden a la precarización que se profundizó con la pandemia y emplazando al gobierno a que brinde apoyo. Como artistas deben pagar impuestos mediante boletas de honorarios, sin embargo, en ellas no existe un registro que diga que son artistas, sino que deben poner un oficio que se relacione, por lo tanto, se encuentran en una situación de invisibilidad ante el Estado y por ende, a cualquier política pública que pudieran obtener. Según cuenta Rivera Fuenzalida, es más rápido obtener ayuda trabajando en cualquier cosa antes que siendo artista. Son los últimos en la escala de prioridades para los Gobiernos que ha tenido Chile. “Se trató de hacer la ley Patricio Manss que era un bono de emergencia para artistas y todavía está dando vueltas”, añadió.

Con el triunfo del Apruebo para la creación de una Nueva Constitución y la elección de Gabriel Boric a la presidencia, representante de una izquierda que tiene por objetivo evitar los errores de las políticas post dictadura de Pinochet. ¿Cómo piensas que será el Chile de los próximos años?

A ver, te tengo que contar algo de la historia de por qué los artistas se juntaron con Boric. Después de la primera elección, de la primera vuelta, quedaron todos horrorizados con este triunfo de Kast y la reacción fue inmediata desde los artistas. Se hizo de forma urgente una reunión en la Academia de Humanismo Cristiano donde se llamó a todos los artistas. El discurso que dijo Boric en esa primera aproximación y en este encuentro directo con el gremio de los artistas habló directamente de todo lo que se venía planteando en estas comisiones de trabajo post pandemia. Habló sobre la educación artística, habló sobre la precarización en la salud y el trabajo; todo lo que nosotros veníamos hablando y levantando dentro de estas reuniones y seminarios que habíamos hecho durante meses. Entonces por supuesto los artistas se volcaron a trabajar en torno a las propuestas de Boric, con la mira de que no podía ganar Kast, de ninguna manera y que los artistas siempre tienen algo que decir y que es potente, muy como decían en las reuniones: “los artistas somos, generalmente, re flojos para reaccionar, pero cuando reaccionamos prendemos con agua”. Entonces ahí estuvimos, trabajando por todos lados, desde, no se si viste un mural que se hizo con el Caiozzama, con Henruz y otros artistas antes de la votación fuera del GAM. Estuve participando en ese mural que era en apoyo directo a Boric, con un puño y varias cosas que se transforman en árbol. Estuvo el Mono González, estuvo mucha gente muralista. Se hicieron desde la APECH unos lienzos con las letras del apellido Boric y se empezaron a soltar en los puentes y frente del Bellas Artes en la Plaza Dignidad. Ahora en marzo te cuento que eso mismo se va a poner en La Moneda, recibiendo a Boric como presidente. Va a ser la última intervención que se va a hacer con esos lienzos. Todos cooperamos con todos para desarrollar esto, desde el quehacer directo hasta estas propuestas políticas que se tienen que levantar. No sé qué va a pasar porque todavía están dando vueltas los nombres de quienes van a formar el equipo de cultura, pero creo que hay elementos que me parecen fundamentales de un gran cambio en comparación a las anteriores políticas de gobierno. Yo estuve en el cierre de campaña detrás del escenario cuando estaba hablando y es increíble ver la cantidad de banderas y cosas que había. Yo soy viejo, era chico en el periodo de los 80 cuando estuvo la campaña del No y estuve en las protestas. Estuve en todo lo que se desarrolló en ese momento y las banderas que se veían eran banderas chilenas y las banderas de los partidos políticos. En cambio ahora, mirando así (detrás del escenario), estaba Boric o los cantantes y uno miraba al público y la cantidad de banderas de la comunidad LGBT+ era impresionante. Entonces eso da una esperanza distinta a lo que se venía desarrollando con los antiguos políticos. Y lo mismo en el discurso de la Alameda, donde habló de cultura y también habló directamente hacia las disidencias. En ningún discurso presidencial se había estado haciendo ese nexo, entonces, pienso que hay una sensibilidad muy distinta frente a políticas que pueden estar desarrollando otros discursos históricamente chilenos.

Conoce más sobre el trabajo de Marcelo Rivera Fuenzalida desde su pagina de Instagram: https://www.instagram.com/marcelo.rivera.fuenzalida/

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